Barton Fink y el escritor perezoso


Con Barton Fink (1991) termina el ciclo dedicado a la literatura, la cuarta película de los hermanos Joel y Ethan Cohen. Esta película, a diferencia de la otras programadas en el ciclo, no es una adaptación de una novela, sin embargo, aborda un problema de la creación literaria, el bloqueo de escritor. Otra razón por la que incluimos Barton Fink en este ciclo es por la forma en que fue concebida, según palabras de los propios Cohen en una entrevista donde se les cuestionaba sobre el proceso de la escritura de sus guiones; cuando se encontraban escribiendo el guión de su tercer largometraje Miller’s Crossing (1990), en cierto momento se vieron imposibilitados para continuarla dado la complejidad de la historia, así que para salir del paso y como un forma de “relajarse” decidieron escribir una película sobre el bloqueo de escritor, más concretamente sobre un novel y talentoso dramaturgo que se ve imposibilitado para escribir un guión de una película de lucha libre en Hollywood. Aclaran los Cohen que para ellos, el bloqueo de escritor no es otra cosa que la pereza del escritor, el bloqueo no existe según ellos y para prueba esta película que sin muchos reparos ocupa un lugar principal dentro de su obra cinematográfica. Barton Fink muestra muchas de las cualidades de ese singular par de cineastas, Joel & Ethan, que aunque aparecen en los créditos de sus películas como director y productor respectivamente, se involucran por igual en la dirección y producción de todas sus películas. La estructura de sus historias (que por complejidad se debe entender claridad y precisión), el uso de la metáfora y la elipsis para sugerir estados de ánimo en el personaje principal (que de tan contundente y sólido inicia y termina la historia), y algo que es parte de la narrativa visual que se ha convertido en su estilo, el simbolismo. Quizá dentro del pobre panorama actual del cine norteamericano, pocos usen los recursos simbólicos en el cine como los hermanos Cohen, para reforzar a personajes que avanzan a la par de lo fantástico e inusual en la cotidianidad, que no es otra cosa que lo enrevesado de la vida común. No hay historias épicas en su filmografía, sin embargo, todos sus personajes son heroicos (dicen que antes de filmar O brother Where Art Thou nunca habían leído La odisea de Homero, pero ¿cuantos cineastas actualmente la habrán leído?). Se llama a los Cohen como los principales representantes del cine independiente norteamericano, aunque la supuesta independencia se entiende como la forma de producir sus películas lejos del sistema comercial gringo, ellos no han hecho siempre precisamente eso, lo que si han mantenido es filmar las películas que quieren y gozar de los favores de la industria incluidos premios Oscar al mismo tiempo que han logrado construir una filmografía cuya constante ha sido la calidad y la originalidad, algo que todo cinéfilo agradece. Los esperamos para concluir este ciclo dedicado a la literatura y para presentar el siguiente ciclo que será dedicado a otro gran artesano del cine y creador de un estilo particular Alfred Hitchcock.

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